En ocasiones me siento ante el ordenador por una fuerza que me empuja a escribir sin saber siquiera qué es lo que quiero decir. Puede que sea porque diría tantas cosas que no se por donde empezar, o porque no diría nada... Suelo decantarme por la primera opción, ya que siempre acabo contando lo que me sale de dentro, y porque pienso que todos tenemos algo que decir. Soy de la opinión de que a veces pensamos que estamos bien, que podemos llevar todo el peso que a cada uno nos toca, pero no siempre es así, y (sobre todo las mujeres) tenemos una maraña de cables liados en la cabeza, que no nos deja dormir, comer o incluso sonreír. Es de estas veces en las que las personas que te conocen te preguntan ¿te pasa algo? y tú, inocente o inconsciente, contestas que no, sin embargo al encontrarte frente a frente contigo mismo te das cuenta de que efectivamente esa persona tenía razón, que en tu cabeza se juntan muchas cosas... Es el momento de enfrentarse a lo que más nos cuesta: el corazón. Es la hora del diálogo entre esos dos compañeros que "conviven" dentro de nuestro cuerpo y que se pasan el día en constante disputa.¿Sabéis por qué nunca opongo resistencia a la fuerza nombrada al principio? Es mi subconsciente que actúa como esa persona diciéndome que me pasa algo y que o deslío esa maraña o habrá una especie de Big Bang dentro de mí, en el que esas dos partículas (cabeza y corazón) chocarán y dará lugar al caos y el desorden...He de confesar que la expresión en vivo y en directo no es mi fuerte, y que probablemente esa sea la razón de que prefiera volcarme en un folio antes que en una persona, sé que aquí diré lo que quiero, y se me da la opción de leer, releer y corregir cualquier error. Sin embargo, cada persona es un mundo, y habrá algunas que prefieran salir con algún amigo y desahogarse, otras que prefieran dar un paseo sin hablar con nadie más que con ellas mismas, y otras que simplemente no hagan caso a su fuerza (ya sea un amigo, una sensación o un "detonante") y tarde o temprano exploten. Efectivamente, ahora sé qué es lo que he venido a decir hoy: todos necesitamos hablar con nosotros mismos de vez en cuando, aclararnos, ver quienes somos, de dónde venimos, qué queremos, y hacia dónde hay que caminar para alcanzar esa meta. Cuando lo sepas coge aire, respira, y ve a por ello.
No hay comentarios:
Publicar un comentario