Hace mucho tiempo, una profesora nos explicaba en clase que estamos hechos de las personas que queremos, que en nuestro corazón siempre llevaremos parte de ellas y ellas parte de nosotros. Personalmente no le tenía mucho aprecio a esa profesora, sin embargo aquella clase me hizo reflexionar mucho. Siempre me había preguntado porqué se decía que cuando alguien se va se lleva una parte de ti, o porqué estamos tan unidos a gente tan lejana. Aquella clase magistral de dos horas de duración dio para mucho, y aunque no puedo decir que recuerde todo, si que puedo decir que caló en mi, que nunca he olvidado la esencia del mensaje, y que durante los años posteriores he ido completando y entendiendo por mi misma esa teoría.
Me gustaría intentar explicarlo con una especie de metáfora. Al nacer se nos da la base de un puzzle, un molde sobre el que colocar y ordenar las piezas. Las primeras piezas que encontramos al emprender el camino son nuestros padres y hermanos, posteriormente entran los amigos, las aficiones, los lugares especiales, las canciones, la ropa, las creencias, en definitiva todo aquello que para nosotros significa algo. Cuanto más nos importe algo, más grande será su pieza en el puzzle, ocupando así mayor superficie en la base y por lo tanto, más espacio en nosotros y nuestras vidas.
Como cada persona es diferente, cada base es diferente, las personas con un corazón enorme tienen una base mucho más grande, por lo que cabe mucho más, o piezas más grandes... Aunque no es el tema de hoy, he de mencionar que una teoría muy importante es saber dar a cada cosa la importancia que se merece, porque si agrandas mucho una pieza que no tiene futuro, al perderla, perderás una gran parte de ti, y sufrirás sin motivo.
Volviendo al tema en cuestión, estamos hechos de los demás, y cuando una pieza se va y no vuelve, deja ese hueco, su hueco hecho a medida, vacío, y ahora falta algo que te hacía ser como eras. Con tiempo y esfuerzo, reacomodarás el resto de piezas para cubrir esa falta, porque evidentemente no te querrás quedar con un vacío toda la vida ¿no?.
Sin embargo hay otra pequeña cuestión, ¿qué pasa cuando no pierdes la pieza sino que cambia la relación? Siguiendo con la metáfora diré que la pieza sigue ahí, pero cambia de forma, por lo que tú cambias en cierta forma, ya que tienes que reestructurar todo para que siga encajando. Es lo que pasa cuando te alejas de una persona, o tu relación se vuelve distinta. Habrá momentos en los que eches de menos la antigua unión, pero tienes que dar gracia de no haber perdido esa pieza, perder siempre es peor.
Las piezas nos hacen ser como somos, nos aportan individualidad, nos ayudan y les ayudamos, nos configuran, y si de verdad son importantes nunca se olvidarán ni a ellas ni lo que nos aportaron y enseñaron. Cuida tu puzzle, por ti y por tus piezas, hay tiempo para todas, hay tiempo para trabajar, para descansar, para disfrutar y para estar con la gente que te importa, no descuides unas por cuidar más a otras...
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