lunes, 4 de marzo de 2013

Un universo de oportunidades.

Cada persona es un mundo, y al igual que nos ha llevado cientos de años conocer el universo, hemos de dedicarle tiempo a conocer a las personas. Pero antes de explorar el universo ¿no hay que conocer tu propio planeta? Claro que sí. Es necesario que te conozcas a ti mismo, tus virtudes, tus flaquezas, en qué podrás ayudar y en qué tendrás que pedir ayuda. No te compares, nadie va a ser igual que tu, nadie va a hacer mejor de ti que tú mismo. Pero tampoco te conocerás perfectamente sin ayuda de los demás, hubiera sido imposible saber que la Tierra giraba alrededor del Sol si nadie se hubiera fijado en que había un sol.
Hay muchos tipos de planetas, los hay pequeños pero con muchos materiales beneficiosos, los hay hermosísimos pero con más bacterias que un vertedero, e incluso hay algunos un poco "plutónicos", es decir que ni llegan a ser un verdadero planeta. Pero hay cientos, miles, como decían en una peli muy antigua "un muchillón". Podrás conocer el nombre de muchos, haber visitado otros tantos, pero has de quedarte con aquellos que te aporten algo, sin ser parásito de éste por supuesto, sino en una especie de "simbiosis planetaria". 
Habrá personas que estarán en tu vida mucho tiempo, y harán algo por ti, pero no es necesario mucho tiempo para realizar buenas acciones... Hace no mucho conocí a una persona que me ha hecho conocerme, me ha hecho aprender, me ha hecho mejorar y me ha hecho madurar. Por supuesto todo eso no lo puede realizar una persona sola, no se puede tener un solo amigo como quien tiene una mascota y la saca a pasear (hay gente que tiene más mascotas que amigos, pero eso no viene al caso). 
Volviendo a la metáfora planetaria, hay algunas personas que tienen una especie de atmósfera muy densa, y que el resto del mundo los ve y les da como miedo, como si fuera un humillo siniestro de una película de terror. Son las personas que no se dejan conocer, personas a las que hicieron daño y se tejieron su escudo de protección, o personas que simplemente no son fácilmente accesibles. Considero por mi experiencia que esos planetas son los que hay que tratar con más cuidado, no por miedo como he dicho antes, sino porque pueden haber sufrido mucho, o porque si son así por naturaleza al presionarlos puedes convertir un bello planeta en un enorme agujero oscuro.
En conclusión: rodéate de los mejores planetas que encuentres, crea tu propio universo, déjate ayudar, aprende a conocerte, no fuerces las atmósferas de nadie, haz por los demás planetas lo que te gustaría que le hicieran al tuyo y así poco a poco tu universo merecerá más la pena.


No hay comentarios:

Publicar un comentario