De vez en cuando me dicen que soy un poco infantil, la verdad es que no puedo negar que a veces me vuelvo una niña chica, sobre todo en ocasiones especiales. Tengo la teoría de que la ilusión no hay que perderla con los años, sino renovarla, la magia del día de los Reyes, la felicidad de cumplir un año más, la emoción del Santo... Son fechas importantes, que no necesariamente han de perder relevancia con el tiempo. Dentro de tres semanas es mi cumpleaños, y he de decir que desde pequeña hago la cuenta atrás aunque queden 4 meses, y suelo saber qué quiero de regalo con muuucha antelación.
Pero ¿a quién no le gustan los regalos? Creo que cuando tenga 40 seguiré abriendo el papel que los envuelve con la misma cara de alegría.
Sin embargo este año no quiero nada físico, no quiero dinero, ni ropa, ni nada que pueda tocar, este año quiero pasar mi cumpleaños con la gente que quiero, estar rodeada de mis amigas, reir, disfrutar, quiero que no haya ningún mal rollo, quiero que aparezcan las personas que han estado un poco más alejadas, que se desenfaden los que tengan algo en mi contra, aunque sólo sea durante esas 24 horas. El mejor regalo para mi 19 cumpleaños seria un puñado de buenos recuerdos, en los que todos seamos felices.
Estoy segura de que, aunque no todas las personas que quiero puedan acompañarme físicamente, todas estarán conmigo, y las que sí que puedan, sé que harán de ese día un recuerdo muy muy grande, porque la ilusión es lo importante, le da a todo un toque alegre, como un algo especial...
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