Hace unos días, estaba hablando con una amiga, cuya identidad no voy a desvelar ya que lo que voy a contar es un poco personal. Esta amiga, un poco hundida, me decía que aunque tenga mucha gente alrededor se siente sola, se siente diferente, y he de decir que si la conocierais lo entenderiais. Sus amigas son muy buenas, pero poco tienen en común con ella, es hija única por lo que no tiene hermanos que la comprendan, tiene unas metas y unos ideales que no se ven hoy en día y que poca gente
entiende. Es fuerte gracias a Dios, pero hay veces que flaquea y por desgracia ninguna de sus amigas se da cuenta de nada de esto, creen que ella se siente como una más, que siempre está cómoda. Ella es lista, y aprovecha eso para disimular y hacer como que no pasa nada.
Por otro lado, me comentaba, no tiene ninguna amiga que esté ahí siempre, no tiene esa persona que comenté en otro post anterior que sea su inseparable. Por lo que la conozco (que aún no es mucho) siempre ha sido la segunda, es decir, siempre ha estado ahí para las personas que le han importado y que para ella han sido una prioridad, pero esas personas ya tenían a su "inseparable" y esta amiga solo era una más, a veces incluso sólo era un clinex, de usar y tirar.
Sinceramente me da mucha pena que haya gente tan buena que lo pase así de mal, por supuesto también tiene sus defectos, porque somos humanos y todos los tenemos, pero por favor, nos pasamos la vida dando limosna a los negritos de los semáforos, a los aparcacoches, dando cosas a gente desconocida, y no cuidamos lo que tenemos cerca... Esto es un llamamiento a que todo el mundo mire a su alrededor, se pregunte si tiene cerca una persona como mi amiga, y empecemos a prestar un poco de atención a algo que no sea nosotros mismos, ¡aprendamos a mirar hacia delante y no hacia dentro!.
sábado, 23 de marzo de 2013
miércoles, 13 de marzo de 2013
Con valor!
¿No estás harta de ser una cobarde?¿No estás harta de esconderte de tus miedos? Es hora de plantarles cara, sabes que la batalla será dura, que es sólo una batalla, que quedan muchas más para que se acabe esa guerra que no hace más que enemistarte contigo misma destrozándote razón y corazón, que ni ésta ni ninguna serán fáciles, pero nadie dijo que lo fueran. Así que es hora de madurar, de dejar atrás la cobardía y decirte con fuerza: ¡Aquí estoy yo! Y aunque en esta absurda guerra solo sufras tú, cuando acabe sólo tú habrás ganado, y entonces estarás satisfecha de ti misma, porque en el tránsito te habrás hecho una mujer, que será capaz de plantarle cara a todo aquello que se le ponga por delante. Y aunque para eso todavía te queda la parte de sufrir ¡sabes que puedes! Serán muchos los factores que lo impidan, pero la voluntad mueve montañas y como dice una película: Tierra de libertad... ¡Hogar de valientes!. No hay mayor valentía que la de afrontar tus propios miedos sola, porque en el mundo estamos solos, entra y sale gente de nuestra vida, algunos no dejan huellas, otros la dejan para mal, y al final por mucho que quites el clavo de la pared siempre quedan huecos, y con la valentía que vas forjando en el camino has de tener el coraje de protegerte con el escudo de la voluntad y luchar con la espada del valor... A no ser que decidas tirarlo todo por la borda y rendirte, y será entonces cuando habrás dejado que te gane el mundo... Podrás unirte a la lista de fracasados, que no lograron nada, y solo malgastaron su vida sufriendo... O por el contrario puedes luchar cada batalla hasta ganar la guerra y quedar en la lista de los vencedores, que serán recordados por siempre, por no dejarse vencer por el mundo... Por luchar ¡a contracorriente!.
sábado, 9 de marzo de 2013
La confianza no da asco.
Se oye mucho por ahí la expresión de que la confianza da asco, y sé que se dice cuando alguien te cuenta detalles que no quieres saber, o en un mal día te suelta todos sus bufidos a ti. Pero aun así sigo sin estar de acuerdo con esta expresión, la confianza no solo no da asco sino que es un regalo. Es algo que no se elige, se merece, no se fuerza, se trabaja, y es un signo de amistad, de que le importas a alguien tanto como para contarte cosas suyas. Se gana con mil actos y se pierde con uno, como si fuera un diamante, uno bien grande por el cual has estado trabajando día y noche para ahorrar y poder comprártelo (¡ojo! la confianza no se compra) y que cuando lo consigues lo pierdes en un descuido.
-"Confía en mi"- dicen algunos, pero eso no se puede exigir, se gana poquito a poquito, con detalles, a pasitos de hormiguita, y a veces nos gustaría ganarnos la confianza de la gente en la tómbola. Habrá gente que te inspire confianza desde el principio, pero yo aun así recomiendo cerciorarse, no todo lo que brilla es oro, y dejarse en manos de alguien es algo muy peligroso. Confiar es darle a una persona el poder de destriurte y estar seguro de que no lo hará, y eso señores no da asco, da gusto, la tranquilidad de poder compartir con alguien todo lo que quieras a sabiendas de que no te fallará, porque aunque los humanos cometemos errores, traicionar la confianza de alguien no es algo que se hace sin querer.
Ya seas un libro abierto o una caja fuerte con mil candados, todos necesitamos alguien en quien confiar, ¡y la almohada no cuenta!.
-"Confía en mi"- dicen algunos, pero eso no se puede exigir, se gana poquito a poquito, con detalles, a pasitos de hormiguita, y a veces nos gustaría ganarnos la confianza de la gente en la tómbola. Habrá gente que te inspire confianza desde el principio, pero yo aun así recomiendo cerciorarse, no todo lo que brilla es oro, y dejarse en manos de alguien es algo muy peligroso. Confiar es darle a una persona el poder de destriurte y estar seguro de que no lo hará, y eso señores no da asco, da gusto, la tranquilidad de poder compartir con alguien todo lo que quieras a sabiendas de que no te fallará, porque aunque los humanos cometemos errores, traicionar la confianza de alguien no es algo que se hace sin querer.
Ya seas un libro abierto o una caja fuerte con mil candados, todos necesitamos alguien en quien confiar, ¡y la almohada no cuenta!.
jueves, 7 de marzo de 2013
Un signo de identidad.
Unas gafas, un peinado, un reloj, unos pendientes, una virtud, todos tenemos algo que nos hace diferentes. Lo seríamos de todas formas porque no hay dos personas iguales en el mundo, pero aun así nos empeñamos en tener algo que haga saber que somos nosotros. Nos gusta sabernos distintos, sabernos especiales, y si alguna vez ves a alguien con un elemento parecido a tu signo de identificación no te hará ninguna gracia. Hace mucho, mucho tiempo estaba con una amiga, que siempre me decía que yo no sería igual sin mi anillo, porque era mio, no sólo porque lo hubiera comprado yo, sino porque me hacía ser así. Durante los días que pude verla (puesto que estaba de visita) me pedía que le regalara mi anillo, a lo cual yo me reía sin disimulo alguno. Al despedirnos me lo pidió una última vez... y se lo dí... he de confesar que ha sido el regalo que más me ha costado hacer en mi vida, no por el valor monetario que tuviera ese arito de metal, ni porque me lo hubiera regalado nadie, ni siquiera tenía valor sentimental para mí, pero ahora sí lo tenía para ella.(Aunque me he enrollado un poco en la anécdota personal creo que me habéis entendido). Por otro lado las cosas materiales son efímeras, se rompen, se gastan, se pierden, se quedan chicas o grandes o feas, y puede que no le gusten a todo el mundo, sin embargo, si haces de una virtud tu signo de identidad sabrás que a todo el mundo le gustará, que no la perderás ni le ocurrirá las cosas que le acontecen a los objetos materiales, y además cuando alguien pregunte: - "oye, ¿quién era Ana? que no le pongo la cara ahora mismo", queda mucho mejor que tus amigos contesten -"si hombre, ¡la que siempre está sonriendo!" a que digan -" la que lleva siempre unas gafas verdes", puede que te reconozcan igual, pero saber que a la gente le llama más la atención que las gafas es una muy buena señal. Piénsalo, ¿Cómo quieres ser recordado?.
A helping hand...
Hay una expresión que dice que cuando una puerta se cierra otra se abre, creo que es verdad, pero que estamos tan acostumbrados a llamar a esa puerta, que cada vez que no se nos abre es como si te clavaran un puñal, y te quedas ahí, delante, mirándola, como si sólo con mirarla fuera a abrirse, pero no es asi, y mientras, a lo mejor, tienes otra, diferente (y no por ello ha de ser peor) que está abierta para ti, pero estas tan obcecado en tu puerta, la puerta que siempre ha estado ahí, que jamás te habías planteado siquiera que podía cerrarse, que no entiendes por qué de un día para otro ya no se abre... Entonces llega alguien, alquien a quien le importas, que no quiere ver como malgastas tu vida mirando a ese trozo de madera cerrado y te avisa, te dice que hay más puertas, y que una se ha abierto para ti, y tu desconcertado miras a una, a otra, a una y a otra, sin saber que hacer, sabes que tu puerta ya no se va a abrir, pero no quieres perder lo que había dentro, y sabes que la mejor opción es la puerta nueva, que esta para ti, que no tiene las cosas que tenía la otra, pero tiene otras diferentes, y si te ilusionas incluso mejores, y de la mano de esa persona a la que le importas, vas camino hacia la nueva, dejando atrás poco a poco y con un esfuerzo descomunal, lo que había en la otra, pero con ganas de descubrir y disfrutar lo que te espera en la nueva, TU nueva puerta..
lunes, 4 de marzo de 2013
Un universo de oportunidades.
Cada persona es un mundo, y al igual que nos ha llevado cientos de años conocer el universo, hemos de dedicarle tiempo a conocer a las personas. Pero antes de explorar el universo ¿no hay que conocer tu propio planeta? Claro que sí. Es necesario que te conozcas a ti mismo, tus virtudes, tus flaquezas, en qué podrás ayudar y en qué tendrás que pedir ayuda. No te compares, nadie va a ser igual que tu, nadie va a hacer mejor de ti que tú mismo. Pero tampoco te conocerás perfectamente sin ayuda de los demás, hubiera sido imposible saber que la Tierra giraba alrededor del Sol si nadie se hubiera fijado en que había un sol.
Hay muchos tipos de planetas, los hay pequeños pero con muchos materiales beneficiosos, los hay hermosísimos pero con más bacterias que un vertedero, e incluso hay algunos un poco "plutónicos", es decir que ni llegan a ser un verdadero planeta. Pero hay cientos, miles, como decían en una peli muy antigua "un muchillón". Podrás conocer el nombre de muchos, haber visitado otros tantos, pero has de quedarte con aquellos que te aporten algo, sin ser parásito de éste por supuesto, sino en una especie de "simbiosis planetaria".
Habrá personas que estarán en tu vida mucho tiempo, y harán algo por ti, pero no es necesario mucho tiempo para realizar buenas acciones... Hace no mucho conocí a una persona que me ha hecho conocerme, me ha hecho aprender, me ha hecho mejorar y me ha hecho madurar. Por supuesto todo eso no lo puede realizar una persona sola, no se puede tener un solo amigo como quien tiene una mascota y la saca a pasear (hay gente que tiene más mascotas que amigos, pero eso no viene al caso).
Volviendo a la metáfora planetaria, hay algunas personas que tienen una especie de atmósfera muy densa, y que el resto del mundo los ve y les da como miedo, como si fuera un humillo siniestro de una película de terror. Son las personas que no se dejan conocer, personas a las que hicieron daño y se tejieron su escudo de protección, o personas que simplemente no son fácilmente accesibles. Considero por mi experiencia que esos planetas son los que hay que tratar con más cuidado, no por miedo como he dicho antes, sino porque pueden haber sufrido mucho, o porque si son así por naturaleza al presionarlos puedes convertir un bello planeta en un enorme agujero oscuro.
En conclusión: rodéate de los mejores planetas que encuentres, crea tu propio universo, déjate ayudar, aprende a conocerte, no fuerces las atmósferas de nadie, haz por los demás planetas lo que te gustaría que le hicieran al tuyo y así poco a poco tu universo merecerá más la pena.
Hay muchos tipos de planetas, los hay pequeños pero con muchos materiales beneficiosos, los hay hermosísimos pero con más bacterias que un vertedero, e incluso hay algunos un poco "plutónicos", es decir que ni llegan a ser un verdadero planeta. Pero hay cientos, miles, como decían en una peli muy antigua "un muchillón". Podrás conocer el nombre de muchos, haber visitado otros tantos, pero has de quedarte con aquellos que te aporten algo, sin ser parásito de éste por supuesto, sino en una especie de "simbiosis planetaria".
Habrá personas que estarán en tu vida mucho tiempo, y harán algo por ti, pero no es necesario mucho tiempo para realizar buenas acciones... Hace no mucho conocí a una persona que me ha hecho conocerme, me ha hecho aprender, me ha hecho mejorar y me ha hecho madurar. Por supuesto todo eso no lo puede realizar una persona sola, no se puede tener un solo amigo como quien tiene una mascota y la saca a pasear (hay gente que tiene más mascotas que amigos, pero eso no viene al caso).
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